Las lijadoras metalográficas manuales son unos aparatos que, tal y como su propio nombre indica, sirven para lijar las superficies de aquellas piezas o materiales que vayan a ser preparados como muestras microscópicas. Este tipo de herramientas, junto a otras como la pulidora electrolítica, forman parte de un proceso previo que se ejecuta antes de cualquier ensayo microscópico, y se denomina metalografía. La metalografía es necesaria en cualquier laboratorio en el que se trabaje en investigación, ya que todo lo que pase antes y después de la observación bajo el microscopio será fundamental para poder obtener unos resultados válidos, certeros y con el mayor porcentaje de fiabilidad.
Si tienes dudas con respecto a la metalografía, no dudes en contactarnos desde nuestra página web, llevamos más de 43 años trabajando en este sector asesorando, calibrando, reparando y haciendo el mantenimiento de todo tipo de instrumentos de medición y metalográficos. Por eso sabemos a ciencia cierta lo importante que es preparar las muestras que van a ser observadas porque, como alguna cuente con una imperfección, borde, rugosidad o arañazo, los resultados que obtengamos no serán fiables. No podremos ver, al cien por cien, toda la microestructura del objeto a analizar.
La metalografía es, pues, la técnica que toda persona que trabaje en un laboratorio debe emplear y, para poder dejar una superficie lo más lisa posible, esta técnica, a su vez, se divide en varios pasos como el corte, el encapsulamiento en resina -que hace la muestra más manipulable-, el lijado -utilizando lijadoras metalográficas manuales como las que te mencionamos-, el pulido y, por último, el ataque químico con reactores -para poder visualizar, a la perfección, decoloraciones o aleaciones que se produzcan-. Todas las herramientas que se necesitan para llevar a cabo esta técnica metalográfica las puedes encontrar en nuestro catálogo.