Los durómetros Brinell o Vickers se han convertido en los sistemas de metrología más fiables y fáciles de usar para la comprobación de durezas en metales como hierro o acero. La dureza de un material se refiere a la oposición que presenta a las fuerzas que se aplican sobre él sin romperse. La importancia de utilizar durómetros Brinell o Vickers reside en la información que aporta sobre la dureza del material y su resistencia al rayado, penetración, tracción, desgaste o cortadura, así como a posibles deformaciones. Este tipo de detalles son especialmente importantes en la construcción ya que garantiza la calidad y seguridad del material o en la industria farmacéutica para medir, por ejemplo, la capacidad de los medicamentos para ser digeridos. Pero también para la industria manufacturera, aeronáutica o automovilística, entre muchas otras.
El durómetro Brinell, ya sea manual o semiautomático, penetra el metal con una punta esférica de acero o carburo, el diámetro que deja marcado sobre su superficie se mide bajo el microscopio y, junto con la fórmula correcta, se determina la dureza. Por su parte, el durómetro Vickers utiliza como penetrador una punta de diamante cónica que, a diferencia del anterior, ha de trabajarse sobre un material que haya sido previamente pulido. La huella que estos durómetros dejan impresa sobre la superficie de un material blando tiende a ser más profunda, mientras que en materiales con mayor dureza será más superficial.